Cualquier chica a su edad, en esta época del año, estaría exclusivamente ocupada en salir, divertirse, ir a la playa. Pero ella no.
A la patinadora Pamela Sestia un sueño la empuja fuera de la cama bien temprano a la mañana. Quiere ganarse el derecho de ir al Mundial de patín carrera que se disputará en setiembre en la ciudad española de Gijón. Y no puede dormirse.
"Todos los días entreno de siete y media de la mañana hasta las ocho y media o nueve. A la noche, más o menos a las ocho, lo hago una hora más. No siempre tengo estos horarios, durante el resto del año el colegio me obliga a cambiar la rutina", sostiene esta chica de 17 años, que no vive esta carga de prácticas como un sacrificio excesivo. "Es que quiero mucho al patín, no lo dejaría por nada del mundo", define.
Pero eso no es todo para esta patinadora que hace cinco años compite para Mutual Casinos y que lleva casi una década bajo la tutela de Guillermo McCargo. Hace dos meses y medio decidió complementar el entrenamiento específico de su disciplina con una rutina física poco habitual (aunque no inédita, puesto que en los años setenta Héctor Dipilato entrenó a varios de los notables que dio el patín de esta ciudad) para un patinador. "Tengo una meta que cumplir, quiero ir al Mundial y no me puedo conformar con lo que venía entrenando. Ahora los lunes, miércoles y viernes voy al gimnasio de Huber Calderón. No hago guantes, ni nada por el estilo, pero sí la misma gimnasia que cualquier boxeador. Y me siento muy bien físicamente desde que comencé", cuenta la joven.
Sestia, que entre sus antecedentes más importantes cuenta un título nacional en el Argentino de Federaciones de 2004 y con la Medalla al Mérito Deportivo entregada por el EMDER en 2003, desde que compite en 1999 estuvo prendida entre las mejores de su categoría respectiva. Y ahora, en su último año como juvenil, quiere doblar la apuesta y llegar al Mundial.
"No es fácil -dijo la velocista-, en el Nacional de Neuquén terminé cuarta en 500 metros y quinta en los 1.000, aunque los roces de carrera me impidieron finalizar un poco más arriba. Ahora tengo que dar lo máximo en el Nacional de Mar del Plata".
El seleccionador nacional, Guillermo Herrero, evaluará las dos competencias citadas para formar el equipo argentino que irá a Gijón. Y sólo hay doce plazas reuniendo todas las categorías. El Nacional de Mar del Plata, entonces, a disputarse del 13 al 17 de marzo es la última oportunidad para demostrar merecimientos.
Sestia comenzó a patinar en Racing hace diez años, primero entrenada por Sergio McCargo y luego por su hermano Guillermo. Cuando en 2002 Guillermo se fue a Mutual Casinos, lo siguió. "Sabe mucho y me siento muy cómoda con él", contó.
Pamela tiene un espejo. Un ejemplo a seguir. Y es uno de los mejores que pudo tomar. Porque no es otro que Andrea González. "No sólo la admiro de chiquitita, sino que también la quiero muchísimo. Ahora que se fue a Peñarol no digo que no pensé en seguirla, pero tampoco dejaría a Guillermo", finalizó.
A la patinadora Pamela Sestia un sueño la empuja fuera de la cama bien temprano a la mañana. Quiere ganarse el derecho de ir al Mundial de patín carrera que se disputará en setiembre en la ciudad española de Gijón. Y no puede dormirse.
"Todos los días entreno de siete y media de la mañana hasta las ocho y media o nueve. A la noche, más o menos a las ocho, lo hago una hora más. No siempre tengo estos horarios, durante el resto del año el colegio me obliga a cambiar la rutina", sostiene esta chica de 17 años, que no vive esta carga de prácticas como un sacrificio excesivo. "Es que quiero mucho al patín, no lo dejaría por nada del mundo", define.
Pero eso no es todo para esta patinadora que hace cinco años compite para Mutual Casinos y que lleva casi una década bajo la tutela de Guillermo McCargo. Hace dos meses y medio decidió complementar el entrenamiento específico de su disciplina con una rutina física poco habitual (aunque no inédita, puesto que en los años setenta Héctor Dipilato entrenó a varios de los notables que dio el patín de esta ciudad) para un patinador. "Tengo una meta que cumplir, quiero ir al Mundial y no me puedo conformar con lo que venía entrenando. Ahora los lunes, miércoles y viernes voy al gimnasio de Huber Calderón. No hago guantes, ni nada por el estilo, pero sí la misma gimnasia que cualquier boxeador. Y me siento muy bien físicamente desde que comencé", cuenta la joven.
Sestia, que entre sus antecedentes más importantes cuenta un título nacional en el Argentino de Federaciones de 2004 y con la Medalla al Mérito Deportivo entregada por el EMDER en 2003, desde que compite en 1999 estuvo prendida entre las mejores de su categoría respectiva. Y ahora, en su último año como juvenil, quiere doblar la apuesta y llegar al Mundial.
"No es fácil -dijo la velocista-, en el Nacional de Neuquén terminé cuarta en 500 metros y quinta en los 1.000, aunque los roces de carrera me impidieron finalizar un poco más arriba. Ahora tengo que dar lo máximo en el Nacional de Mar del Plata".
El seleccionador nacional, Guillermo Herrero, evaluará las dos competencias citadas para formar el equipo argentino que irá a Gijón. Y sólo hay doce plazas reuniendo todas las categorías. El Nacional de Mar del Plata, entonces, a disputarse del 13 al 17 de marzo es la última oportunidad para demostrar merecimientos.
Sestia comenzó a patinar en Racing hace diez años, primero entrenada por Sergio McCargo y luego por su hermano Guillermo. Cuando en 2002 Guillermo se fue a Mutual Casinos, lo siguió. "Sabe mucho y me siento muy cómoda con él", contó.
Pamela tiene un espejo. Un ejemplo a seguir. Y es uno de los mejores que pudo tomar. Porque no es otro que Andrea González. "No sólo la admiro de chiquitita, sino que también la quiero muchísimo. Ahora que se fue a Peñarol no digo que no pensé en seguirla, pero tampoco dejaría a Guillermo", finalizó.
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