La categoría '96 de Quilmes de Mar del Plata dejó su nombre marcado en la historia del fútbol infantil marplatense. Después de dieciocho ediciones, puso el nombre de la ciudad en lo más alto del tradicional Mundialito "Ezequiel Zapatosky".
Nunca antes un equipo marplatense había conseguido semejante logro en la principal división del Mundialito. Pero Quilmes demostró partido a partido que podía llegar al título y lo logró con una regularidad notable. Ganó cuatro partidos y empató tres, finalizando invicto.
El "tricolor" enfrentó a los conjuntos más complicados del certamen, como Escuela Griffa de Rosario en cuartos de final, Colón de Santa Fe en semifinales y All Boys en la final. Jugó de igual a igual con todos y después de mucho esfuerzo tuvo su merecido premio, tras ganarle el domingo 1 a 0 a All Boys en cancha de Nación.
Contra el conjunto bonaerense el partido fue muy parejo. Los locales arrancaron con un gol en los primeros minutos, gracias a la eficacia de su número "5", Juan Juárez. El mediocampista, además de marcar el tanto del triunfo, fue uno de los mejores de la final, por su despliegue y aporte en la recuperación.
En la primera mitad el equipo marplatense creó un par de situaciones más para ampliar la diferencia, pero no las concretó. Por eso sufrió mucho en segundos 45', cuando All Boys se volcó decididamente al ataque. El visitante metió a su rival en su campo y estuvo muy cerca de alcanzar el empate. En esos pasajes apareció el temple, la garra y el sacrificio de los "tricolores", que se multiplicaron para defender la mínima diferencia.
En los minutos finales y tras una jugada que se inició en el córner, Cristian Loupias llegó al empate, pero el árbitro anuló el gol a instancias del juez de línea por posición adelantada, decisión muy discutida por la parcialidad visitante.
Quilmes aguantó como pudo la ventaja y se quedó con el ansiado título. El final fue una locura. El abrazo del entrenador Juan Martín Espinoza con su ayudante de campo, los saltos de los chicos, los gritos de los papás desde la tribuna y un festejo interminable. Luego los jugadores se colgaron del arco y, finalmente, recibieron la merecida copa de campeones.
En el torneo Quilmes tuvo a jugadores en niveles muy altos. Contó con Agustín Molina, quien se acostumbró a la perfección a atajar en un arco de dimensiones mucho más grandes a las del torneo de la Liga Marplatense. La defensa fue muy sólida en general, con un Mauro Vega que siempre se destaca en el juego aéreo. En el mediocampo apareció la calidad de Nahuel Manzo, un chico clase '97 que, dando un año de ventaja, apareció en su máximo esplendor. En ataque Juan "Galgo" Evangelista fue muy desequilibrante, gracias a su velocidad y habilidad para dejar en el camino a sus oponentes.
Más allá de eso, la regularidad de todo el equipo fue el principal argumento por el que Quilmes ganó el torneo.
El plantel estuvo conformado por Tomás Apreda, Emmanuel Borthiry, Juan Evangelista, Leandro Giammini, Juan Juárez, Miguel Maldonado, Facundo Miranda, Alan Neira Gómez, Alejandro Nieto, Manuel Bernardo Pérez, Leandro Quaglia, Nicolás Lázaro Roque, Nicolás Silva, Marcelo Sosa, Mauro Vera Mauro, Rodrigo Vicente, Jeremías Llanos y Nahuel Manzo, estos dos últimos de la categoría '97.
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